Felices 131 años ciudad de Libertad

Un 23 de febrero, pero de 1893, Juan Carniglia terminó de pagar la deuda que tenía con José Canepa por la compra de un terreno en el que se supo emplazar una pulpería y un almacén para que allí se pudieran instalar unas pocas familias que luego le darían forma a la ciudad de Libertad, municipio de Merlo.

Esta localidad era en un principio conocida por ser una parada para aquellos viajeros que buscaban reponer fuerzas antes de viajar a La Pampa y tenía, entre otros atractivos, una pulpería denominada “La Libertad”, cuyo nombre posee dos teorías muy disímiles entre sí sobre su surgimiento.

La primera refiere a una hija de Carniglia que supuestamente también se llamaba así, pero la segunda sostiene que la gente le dio esa etiqueta debido a que podían desarrollar con libertad ciertas prácticas que estaban prohibidas en el resto de Buenos Aires, como la riña de gallos, las carreras clandestinas y el juego ilegal.

A su vez, en 1871 se instaló el actual Cementerio Municipal Santa Isabel como consecuencia de la epidemia de fiebre amarilla que había afectado a una parte importante de la población nacional y en 1889 la Escuela Primaria número 6, dos edificios que le dieron mucha identidad al pueblo.

La llegada del tren y el verdadero impulso de la ciudad

La estación Libertad en 1920.

La estación Libertad en 1920.

Si bien para los fines del siglo XVIII la zona ya gozaba de un modesto caserío y otros negocios, el verdadero impulso de la ciudad se dio en 1909 gracias a la llegada del Ferrocarril Midland y la inauguración de una estación allí. En ese mismo año, Geogette Salier de Hillner vendió las tierras que hoy son el casco céntrico local y en 1911 se terminó de instalar uno de los talleres de trenes más modernos de la Argentina.

Las décadas posteriores vieron la llegada de los primeros comercios locales, tales como la panadería “La Plaza”, el almacén «Garbarino» o de “La Estrella”, la peluquería y la sastrería de Juan Amado Chara, la carnicería de Foglio y Tavaut y el albergue “La Fonda de la Vasca”, y de la luz eléctrica en 1919, lo que terminó de darle un verdadero perfil urbano a Libertad.

Fuente VeO

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